martes, 16 de agosto de 2016

El imperio Incaico fue un estado sudamericano con el dominio mas extenso en la historia de la América precolombina. Al territorio del mismo se denomino Tahuantisuyo(del quechua tawatin suyu <<las cuatro regiones o divisiones>> ) y al periodo de su dominio se le conoce además como incanato y/o  en la zona andina del subcontinente entre los siglos XV y XVI, como consecuencia del apogeo de la civilización incaica. Abarcó cerca de 2 millones de kilómetros cuadrados entre el océano Pacífico y la selva amazónica, desde las cercanías de Ipiales (Colombia) en el norte hasta algún lugar entre el río Maipo, río Cachapoal y el río Maule (Chile) por el sur.
Los orígenes del imperio se remontan a la victoria de las etnias cuzqueñas (Región Sur del actual Perú), lideradas por Pachacútec, frente a la confederación de estados chancas en 1438. Luego de la victoria, el curacazgo incaico fue reorganizado por Pachacútec, con quien el Imperio incaico inició una etapa de continua expansión, que prosiguió con su hermano Cápac Yupanqui, luego por parte del décimo inca Túpac Yupanqui, y finalmente del undécimo inca Huayna Cápac, quien consolidó los territorios. En esta etapa la civilización incaica logró la máxima expansión de su cultura, tecnología y ciencia, desarrollando los conocimientos propios y los de la región andina, así como asimilando los de otros estados conquistados.


Luego de este periodo de apogeo el imperio entró en declive por diversos problemas, siendo el principal la confrontación por el trono entre los hijos de Huayna Cápac: los hermanos Huáscar y Atahualpa, que derivó incluso en una guerra civil. Entre los incas la viruela acabó con el monarca Huayna Capac, provocó la guerra civil previa a la aparición hispana y causó un desastre demográfico en el Tahuantinsuyo, que antes de la llegada de los españoles contaba con 14 millones de habitantes, mientras hacia el siglo XVIII contaba con apenas 1,5 millones. Finalmente Atahualpa vencería en 1532. Sin embargo su ascenso al poder coincidió con el arribo de las tropas españolas al mando de Francisco Pizarro, que capturaron al inca y luego lo ejecutaron. Con la muerte de Atahualpa en 1533 culminó el Imperio incaico. Sin embargo, varios incas rebeldes, conocidos como los «Incas de Vilcabamba», se rebelaron contra los españoles hasta 1572, cuando fue capturado y decapitado el último de ellos: Túpac Amaru I.

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