martes, 16 de agosto de 2016

ÉPOCA ESTATAL


GOBIERNO DE PACHACUTEC

Durante su gobierno se inició la expansión territorial, inaugurando de esta manera el periodo imperial al anexionar numerosos pueblos.Pachacútec mejoró la organización del estado, dividiendo el imperio en cuatro regiones o suyus. Por el norte, sometió a los huancas y taramas, hasta llegar a la zona de los cajamarcas y cañaris(Ecuador). Por el sur sometió a los collas y lupacas, que ocupaban la meseta del altiplano. Organizó a los chasquis e instituyó la obligatoriedad de los tributos.

GOBIERNO DE TUPAC YUPANQUI

Fue un destacado militar que logró importantes victorias durante el gobierno de su padre Pachacútec. En 1471 asumió el trono y amplió las fronteras del imperio hacia el sur, hasta llegar al río Maule en Chile. También sometió al reino Chimú y a algunos pueblos del altiplano y del norte argentino. Sofocó la resistencia de los chachapoyas y avanzó por el norte hasta Quito. Quiso incursionar en la selva, pero una rebelión de los collas lo obligó a desviarse hacia el Collao. Mejoró la recaudación de los tributos y nombró nuevos gobernantes visitadores (tuqriq). Murió en 1493.

GOBIERNO DE HUAYNA CÁPAC

Se le considera el último soberano del incario. Durante su gobierno, continuó la política de su padre, Túpac Inca Yupanqui, en cuanto a la organización y fortalecimiento del estado. Para conservar los territorios conquistados tuvo que sofocar en forma sangrienta continuas sublevaciones. Derrotó a los chachapoyas y anexionó la región del golfo de Guayaquil, llegando hasta el río Ancasmayo(Colombia). Estando en Quito, enfermó gravemente y falleció en 1525. Algunas crónicas españolas postulan que además amplió las fronteras del imperio más hacia el sur, y que incluso habría llegado hasta el río Biobío en Chile; aunque este límite más austral no ha sido comprobado arqueológicamente, y no es aceptado históricamente. Con su muerte se inició la decadencia del imperio.

CRISIS DE SUCESIÓN

Las crisis de sucesión eran un fenómeno coyuntural que era muy frecuente en la historia política del imperio. El que aspiraba a ser el nuevo soberano debía demostrar que era el «más hábil», tenía que ser confirmado por un oráculo y además tenía que ganar adeptos en las panacas cuzqueñas.
Huayna Capac, nombró heredero a Ninan Cuyuchi (hijo de la Coya Mama-Cussi-Rimay), pero el sacerdote del sol hizo un sacrificio en el que vio que la suerte no le favorecería a Ninan Cuyuchi. Por ese motivo, cuando Huayna Cápac falleció en Quito, fue llevado en andas hasta el Cuzco manteniendo en secreto la muerte de éste, para mantener el orden político. En ese contexto, Raura Ocllo, madre de Huáscar quien se encontraba en Quito junto a Huayna Cápac, viaja rápidamente al Cuzco acompañada de unos cuantos orejones para preparar la entronización de Huáscar. Según María Rostworowski, fue Raura Ocllo quien convenció a las panacas cuzqueñas para nombrar como sucesor a Huáscar; mientras que Atahualpa se quedó en Quito junto con otros nobles.
Por su parte, Atahualpa era hijo de Tocto Coca (mujer que pertenecía a la panaca de «Hatun Ayllu»); y al morir su padre ordenó edificar en la localidad de Tumipampa un palacio en su honor. Este hecho enojó al curaca de Tumipampa llamado Ullco Colla, quien envió mensajes a Huascar acusando a Atahualpa de sublevación; además Atahualpa se quedó en el norte acompañado de varios generales importantes leales a Huayna Cápac, que tenían un aprecio especial por Atahualpa. Luego de este hecho, Atahualpa envió presentes a su hermano Huáscar, pero este último ordenó hacer tambores con los cueros de los mensajeros. Según Rostworowski, Atahualpa fue incitado a rebelarse por los generales de su padre, con quienes había participado en varias batallas contra los nativos del norte.
En ese contexto ocurrió la rebelión de los «cañaris», quienes tomaron prisionero a Atahualpa encerrándolo en un tambo. La huida de Atahualpa toma un contexto mítico, pues según los oradores Atahualpa fue convertido en «amaru» (serpiente) por su padre sol, y así logró huir del encierro. Otras crónicas dan cuenta de que fue una mujer quien le entregó una barra de cobre con la que hizo un forado y pudo huir del encierro. Una vez libre, Atahualpa reunió un ejército y asesinó a sus enemigos en Quito y Tumipampa, esta última ciudad fue arrasada en venganza a Ullco Colla; luego avanzó a Tumbes intentando avanzar hasta la isla Puná, pero el curaca de Puná se adelantó y arrasó Tumbes. Con el pueblo de Tumbes arrasado, los primeros españoles pisan el terrorio incaico.
En tanto, Huáscar trataba de estabilizar su entronización en el Cuzco con el apoyo de las panacas. Sobre Huáscar, los cronistas describen varios errores políticos que fueron menguando el apoyo cuzqueño. Primeramente, no atendió a los ayllus reales como era la costumbre, no asistió a los almuerzos públicos en la plaza del Cuzco (que afianzaban vínculos de reciprocidad y parentesco). Eliminó a los ayllus custodios de su guardia personal y nombró como guardia real a guerreros «cañaris» y «chachapoyas». Huáscar dudaba de la lealtad de las panacas cuzqueñas y se rodeó de otros nobles, bajo el temor de una rebelión de la nobleza cuzqueña amenazó con enterrar las momias reales y quitarle sus tierras a las panacas. Poco a poco Huáscar se iba ganando enemistades en un periodo de intrigas entre la nobleza cuzqueña, en su contraparte Atahualpa iba ganando adeptos.

GOBIERNO DE HUÁSCAR

Huáscar no estuvo de acuerdo con el testamento de Huayna Cápac, ya que se creía con derecho de heredar todo el imperio incaico según las leyes, costumbres y tradiciones incaicas. Huáscar se enfrentó en 1531 después de muchos años de paz a su medio hermano Atahualpa, quien también se consideraba legítimo heredero del trono en la región de Quito. Muy pronto importantes regiones del imperio fueron sacudidas por sangrientas batallas entre tropas cuzqueñas y quiteñas, que terminaron con la victoria final de los últimos. Huáscar fue tomado prisionero y muerto posteriormente por orden de Atahualpa.

GOBIERNO DE ATAHUALPA

Hijo de Huayna Cápac con la noble incaica Tocto Ocllo Coca. Tras la muerte de su padre, se convirtió en gobernador de la ciudad de Quito. Bien sea al temor que le tenía a su hermano Huáscar o la ambición de convertirse en soberano, luego se proclamó Inca en Quito y así inició la guerra de sucesión incaica. Sus tropas, dirigidas por Chalcuchímac y Quizquiz, derrotaron al ejército de Huáscar en la batalla de Cotabamba (Apurímac) y entraron triunfantes al Cuzco. Enterado de la victoria, Atahualpa marchó a Cajamarca para ser coronado inca. En el trayecto fue aclamado por los pueblos del norte. Sin embargo, al llegar a Cajamarca, fue tomado prisionero por los españoles en la batalla de Cajamarca. Era el año 1532. Este hecho marcó el fin del imperio incaico.


En contra de lo pensado, Atahualpa (que gobernó de facto entre 1532 y 1533), no forma parte de la capaccuna al nunca ceñir la mascaipacha. Por lo tanto es impropio llamarle Sapa Inca, como algunas veces se le titula. Quito fue incendiada por completo por el general Rumiñahui en 1534, antes de la llegada de los españoles a la ciudad en busca de los tesoros del imperio, y fundada nuevamente por el español Sebastián de Benalcázar sobre las cenizas del pueblo incaico el 6 de diciembre de 1534.

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